29 septiembre 2012
27 septiembre 2012
304
El heredero estudia los números enteros, que al parecer son un conjunto infinito con la suerte de ser numerable. Esperando a Purísima escucho una canción en la que cazo el destello de un número. Por otra parte, mi vida está marcada por el ciento veintiséis. Mis discos de Neil Young son numerables, tarea pendiente, sin necesidad de ser infinitos. Leí en un libro que no sabemos cuántos kilómetros tiene el Amazonas, dato prescindible cuando no juegas a quién tiene el río más largo. Está Mateo Escandón y su Sólo dos, con una secuela colgando de cuando Sánchez Bolín escribía. Y luego los años que no pasan, que simplemente se quedan. Y las temporadas y sus capítulos. Los descubiertos, las tasas y los índices. Los tanteos, las balas que faltan y los puntos dados.
Todo, todo, una ciénaga de números.
26 septiembre 2012
Definiciones
La vida es lo que sucede entre dos dolores de cabeza o mejor, es eso que pasa mientras a ti te duele la cabeza.
Disclaimer: esto está escrito sin dolor de cabeza, de otra forma hubiera sido imposible.
24 septiembre 2012
Lunes
No escucho la radio y así esquivo el miedo que vomita a las horas en punto. Da igual, acabará llegando por teléfono. Concreto, macizo, inoxidable. Las conversaciones del desgarro, entre los chirridos del rodillo implacable. Llovió ayer entre bramidos del viento y grisura desbordada. Después salió el sol y hubo un cielo de John Ford, puede que dos. Hoy busqué otro cielo entre polígonos, rondas y rotondas. Escribí cien mensajes sin pulsar una tecla. De nuevo el teléfono y sus miedos negros que no me asustan, solamente me encogen un poco más. Ví a mis hijos juntos, solidarios y juguetones. Los pesares de los hijos, esas pirámides que transportar. Volvimos al fuerte. Cociné y comimos. Leí unas líneas y bajé el río hasta cerca de Iquitos. Hice cien viajes sin moverme de casa.
Me meto en el cochecito azul, entro en el Massey Hall, recorro la ciudad gris. He llegado a ninguna parte, como todas las tardes.
23 septiembre 2012
20 septiembre 2012
Luces
Recorro la ciudad gris hacia Fort Apache y sus desvencijadas ventanas. Regreso desde el avance del invierno y floto entre luces azules, rojas, verdes, amarillas y blancas. Escucho a Richard Hawley, a Jori Hulkkonnen, a Neil Young en el Massey Hall.
Pasa la noche, sigo conduciendo, esta vez el cochecito azul, la misma música o casi. Hawley, Hulkkonen, Neil. El mismo orden o en otro. Como si la vida fuera yo conduciendo con las ventanillas bajadas, atónito ante la música, apenas tarareando, y que lo que hay entre trayecto y trayecto no fuera apenas nada, intermedios entre una canción y otra.
Al volante pienso en las canciones. Mi intuición, aturdida por los sedosos ropajes de Hawley y el punzón electrónico de Hulkkonen, me escupe que mi vida ya está escrita, que puedo encontrar su relato en las canciones que me nutren. Hay una canción que es tu estado de ánimo, otra que dice lo que no sabes decir, otra que te canta lo que no quieres oir, aquella que dispara el misil de la memoria. Si es así, no queda más que oírlas todas y apresar la verdad del futuro. La única verdad que no debemos conocer.
Vuelvo a la noche negra y a sus luces escupidas por el arco iris. Entra el frío por las ventanillas. Estoy llegando al fuerte. A buscar canciones.
I'm going down town where there's music,
I'm going where voices fill the air,
Maybe there's someone waiting for me
With a smile and a flower in her hair
I'm going down town where there's people
The loneliness hangs in the air.
With no-one there real waiting for me,
No smile, no flower nowhere
Coles Corner, Richard Hawkley
18 septiembre 2012
Fiebre
Estuve corriendo. Llegué a casa. Tenía fiebre. Me acosté pronto, con el iPod y eso.
Dicen que no hagas la compra con hambre, añado que con sed tampoco. Y mucho menos escribas con fiebre. Te encontrarás ante una catarata de lirismo, pesadillas y cartas de despedida. Arrastrado por un huracán de sudor y pálpitos me vi en Lindes trazando un final. Entre música, humo y un atardecer brusco y violeta. Luego llegaron las playas, la arena, el ronroneo del mar, qué mar, qué importa. Golas de espuma en mi cuello, látigos de sal, arena caliente y amable. Estuve en el congreso de mis frustraciones, en el museo de mis fracasos, en la ensenada que abriga mis ilusiones. Alentado por la extraña energía de la fiebre busqué caras, escarbé abrazos, arrojé libros que nunca leeré. Y en un bosque tremendo, ante el espectáculo de las estrellas que asomaban en el claro, mis codos buscaron otros codos con los que chocar; en el fulgor de la aurora boreal que ilustra discos recorrí la llanura helada suspirando por el refugio cálido; corrí de nuevo por la pista que lleva al desfiladero de la emoción buscando, buscando y buscando.
No había nadie más. Estábamos solos mi fiebre y yo.
17 septiembre 2012
16 septiembre 2012
15 septiembre 2012
Ropa
Recuerdo el olor de la ropa blanca secándose en la huerta.
El calor de las tardes de agosto mientras en el patio apurábamos el tiempo sin saber que no había más.
El sol que acechaba en la acera y abejas y abejorros y el cielo azul.
Las bicicletas azules, verdes y rojas entre sacos, peldaños y telas de araña.
Dentro todo limpio, al ritmo que brotaba del reloj de la cocina.
Todo fregado, suelos de espejo, maderas lustrosas, imágenes de ahora mismo.
Recorro escaleras, pasillos, alfombras, habitaciones, galerías y alcobas.
Paseo por la casona y está vacía, como yo.
Etiquetas: verano
14 septiembre 2012
13 septiembre 2012
12 septiembre 2012
11 septiembre 2012
10 septiembre 2012
08 septiembre 2012
07 septiembre 2012
Running (XV)
Corrí por mis viejos caminos cien veces transitados sin sol y sin estrellas, a la luz amarilla del sodio, bajo un cielo a cada zancada menos azul .
Visto de negro, I’m the man in black, mi zurrón está vacío y el ruido de mi cabeza se impone al monótono batán de mis zapatillas descompuestas. Tarareo músicas que no oigo ni siquiera yo, veo a una pareja besándose en la escalera mientras otra discute los quehaceres sin un ápice de piedad. Los cadáveres toman cervezas y refrescos en las terrazas y recuperan la conversación cuando mi espalda sudorosa es un mal recuerdo para sus ojos vacíos.
Vuelvo al camino recorrido mil veces y en el horizonte un rayo de sol, el último del día, se oculta rosa y malva tras un cerro y me recuerda que siempre encontraré una senda que recorrer, un camino que transitar, un viaje que realizar.
Etiquetas: a la carrera
06 septiembre 2012
Tránsito
Estos días la brisa recorre la ciudad gris. Roza los tobillos desnudos y se enrosca en los suaves brazos de mis recuerdos.
Sé lo que significa. El verano queda atrás y el invierno nos tienta con la pantomina del otoño. Trampa, todo es una trampa. Los días no tendrán tardes y las mañanas comenzarán con retraso. De los armarios saldrán las ropas pesadas y oscuras, los niños se perderán en las aulas y no encontraremos luz que alumbre nuestros corazones.
Puede que sí, que volando sobre las aceras, encuentre entre las brumas de mi resuello un motivo para seguir. Para esperar el siguiente verano.