Siete de agosto y parte del ocho
Salimos de la estación Irish Stout para recorrer algunos grados del arco atlántico, ramal cantábrico.
Comimos almejas, calamares, panza de bonito, helado de turrón con chocolate caliente, dos botellas de sidra y café americano. En una terraza en el barrio que boquea. Sobremesa sin freno. Conversación larga, frondosa, interesante, abierta, sincera, entretenida. Un paseo breve y llegamos a Old Fashioned, nuestra estación favorita. Los chistes malos, el recuerdo de los amigos ausentes, las preocupaciones y los placeres, los viajes y los tiempos.
Y en la despedida, una mirada de reojo al mundo de dentro de quinientos años.
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