Veinticinco de agosto
Si recorres un número concreto de kilómetros llegarás a una piscina de agua salada, protegida por un desafiante eucalipto.
Retirado el mar durante la bajamar, una pradera bien verde se extiende hasta el margen derecho de como quiera que se llame esto.
Estáis en otro lugar, es posible que sigáis a más de treinta grados.
No dejo de preguntarme por qué.
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