30 abril 2006

Living with war (2.006)

Un huracán recorre el mundo.
Neil Young se echa América a las espaldas y resume la presidencia de George W. Bush en diez canciones. Las letras son magras y perfectas, dicen lo que todos sentimos y cabalgan sobre la ola eléctrica más poderosa que haya conocido el rock.
No es un artista solo, hay un coro que escenifica la unión de la comunidad frente a la clase política que hurta sus derechos (Let’s impeach the President: Abusing all the power that we gave him), que enfrenta a unos ciudadanos con otros (Let’s impeach the President: Let’s impeach the president for hijacking / Our religion and using it to get elected / Dividing our country into colors), sin responsabilizarse de sus actos (Let’s impeach the President: There’s lot’s of people lookin’ at big trouble / But of course the president is clean).
Porque al final, los muertos siempre los ponen los mismos (Shock And Awe: Thousands of bodies in the ground / Brought home in a boxes to a trumpet's sound / No one sees them coming home that way / Thousands buried in the ground).
No se me emocionen los políticos españoles presentes en la sala, se pueden ustedes ir aplicando el cuento. Desde ya.

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29 abril 2006

La verdad sobre Colón

Se me acerca un individuo señalando a quien porta la medalla 86 de la Real Academia de la Historia:

(individuo) Ese es…
(Sánchez Bolín) Lo es.
(i) Lo que saben sobre Colón. Además de Historia, los historiadores tienen mucha cultura.
(S.B.) [El gesto mudo, pleno de expectación, se avecina tormenta] ...
(i) Sólo les falta una cosa.
(S.B.) [Ay, Dios Mío] ...
(i) Tener cojones, tener cojones para decir la verdad. Porque no la dicen.
(S.B.) [¿la revolución del 34? ¿El Frente Popular? ¿el oro de Moscú? ¿Paracuellos del Jarama?] Será porque no la saben o porque no la quieren decir.
(i) Sí la saben, lo sabe todo el mundo, pero no se atreven a decirla.
(S.B.) [Doctor, la herida tiene dos trayectorias, corte por donde tenga que cortar] ¿Cuál es la verdad?.
(i) Nadie se atreve a decir que Cristóbal Colón era ¡¡una mujer!!

Música y más música

Estos prodigios de la informática permiten que al conectar con este diario se despliegue un pop-up que reproduce Living with war, la resurrección de Neil Young tras Ragged Glory. No se pierdan el blog.
Hay genio, hay metales y coros, hay pasión y vida. El canadiense se juramentó hace treinta años para luchar contra el óxido, la herrumbre acomodaticia que nos hunde en la melancolía de los éxitos pasados.
Adelante, siempre hacia adelante.

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28 abril 2006

Living with war

Aquí lo pueden escuchar, sin esperar al CD/DVD. Se grabó en tres días y es el desahogo de los patriotas americanos, aunque hayan nacido en Canadá.

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Sólo dos (XXVIII)

Donde siempre.

27 abril 2006

La maleta

La maleta de los recuerdos viaja con las costuras muriéndose de risa. Unos en sepia, otros en blanco y negro, los más en color, como el de aquel niño que jugaba al fútbol, con su padre, con un balón amarillo, quizá la única vez, protegido del frío con una cazadora azul con bordes blancos.
Las fotografías mil veces vistas y los relatos tantas veces contados se incorporan a la maleta como si el cerebro nos los hubiera reservado para siempre, vividos dos veces. Aquel beso lamido y relamido que pasamos una y otra vez por el diván de nuestras satisfacciones. No importa si son recuerdos de reestreno o en primicia, hay que acomodarlos en la maleta sin que se doblen, sin que se les salte la pintura o cambie el tono de sus tañidos, que sean para siempre perfectos.
Noto un pecho fuerte contra el que me abrazo, a mucha altura del suelo, en una oscuridad caliente, como de lana. Un brazo hercúleo sujeta a un pequeño que soy yo, Sánchez Bolín, y una voz paciente, ya saben, del capitán Blanco, que murió coronel, me arrulla incansablemente, como un derviche giróvago, abrigándome con todo el tesón del mundo, me dice que Tengo de ir a les fiestes de San Roque, manín del alma, una y otra vez, y el verso quedó guardado para siempre en la maleta.

26 abril 2006

Mateo Escandón

25 abril 2006

Bruce Springsteen Rocks!

Suban el volumen y disfruten.

Sin aire

El cielo es un trampantojo de lamé dorado que me saluda más allá del parabrisas. Cegado por mi propia nada regreso a Fort Apache y converso con el hombre de Huete, siempre dispuesto para una charla entrecortada con carcajadas y risas de metralleta. Un alivio en un océano de márgenes, ratios, procesos, mejoras y accionistas.
El aire me esquiva, mis pulmones boquean pidiendo ayuda y no encuentro excusa que darles. Quizás el sobrepeso, o las gramíneas, o la conjunción de los planetas. Yo qué se, joder.
Las olas de los findes (*) nos llevan de día en día, de semana en semana, poniendo topes a los giros endemoniados de cabeza, cabalgando por encima de las jornadas de lucha, days of struggle. Se barruntan varios y habrá que hacer esfuerzos para encajarlos todos. Permanezcan atentos a sus correos electrónicos.

(*) Dícese de un período de tiempo, de un mínimo de dos días, dedicado al esparcimiento gastronómico-festivo, con un imprescindible aderezo cultural o gimnástico. Se nombran siempre como el finde de lo que proceda.

24 abril 2006

No entry

Ayer blogger se negó. Lo siento.

23 abril 2006

Entierros

Los entierros tienen una fisicidad rotunda que concreta aún más el poder de la muerte. Cuando más tocada está el alma de los que acompañan, más fuertes se oyen las voces del enterrador y sus ayudantes, más roza la caja con el borde de la tumba, más limpia es la luz y más claro el aire. Rampas imposibles nos llevan hasta allí, con el reflejo de la tarde rebotando entre las tapias y las siebes, y el verde asomando tras cada recodo. En Asturias, los árboles y los prados confirman la certeza del fin. Que también es un comienzo, para los que se quedan, aturdidos contra los mausoleos de mármol, dando tumbos entre los cipreses y los caminos de grava. Hombres como castillos con el rostro arrebatado y un dolor real en el pecho, mujeres envueltas en abandono, jóvenes descubriendo la estafa de la vida, y los niños a buen recaudo, en casa, escondidos, ajenos al cierre del círculo que llaman de la vida, pero que en verdad lo es también de la muerte.
Las familias se reúnen de nuevo, en un hogar de granito o de mármol, y los vivos se graban los recuerdos a fuego para no olvidar nunca.
Nunca, Julián.

21 abril 2006

JAR

Escribí esto en diciembre de dos mil cinco, entrecomillo aquí:

"(...) los valores del respeto al prójimo, del amor a su tierra y a su mar, de la asturianía cachonda, de la conversación tranquila, de la juerga sentida, de los consejos graves, del trabajo serio, de la observación serena de un entorno poblado de alimañas pero también pleno de oportunidades para disfrutar y ser felices. Les deseo sus deseos. Con un whisky de reglamento. Pedrín, pide, J&B, vaso bajo, muchísimos hielos y una cocacola aparte."


Julián Aréchaga Rodríguez
1.944-2.006
in memoriam

Distancias

En ocasiones, los mensajes publicitarios rozan la realidad, y así, Nueva York está más cerca que Burgos. El Boss desparrama folk y sudor en Asbury Park y un muchacho tierno, con genio e ideales, me sirve una crónica rápida del suceso. Veo, en su relato, los desconchones del teatro y noto el sudor frío del yonki que esconde el instrumento de su vergüenza bajo el banco de la estación. En caliente, como se hacen estas cosas, encargo las sesiones Seeger a nuestra tienda jonkonesa favorita, y ya siento la apisonadora sonora.
La gocha se reproduce y pare dos gochinos más. Se pasean tan campantes por el suelo de haya o equivalente, como si hubieran vivido aquí toda su vida. A pesar de todo, los respeto. Bajo la lluvia, con la dermatosis que corroe las manos, la espalda doblada, las baldosas infames, como de plomo. Son el contrapunto cierto y digno a la cháchara que se desborda desde todas las radios de aquella España, con esa torrentera, absurda por innecesaria, de países, naciones, nacionalidades, comunidades nacionales, regiones.
Entrego a mis hijos al sistema público de enseñanza y de vuelta al coche, un SMS que dice “ Alegría + Tristeza “ acaba por romperme el alma.

20 abril 2006

Fort Apache

Tenemos una geometría de fundas de plástico por todo el salón. Esperamos a la gocha con impaciencia y un punto de enfado. El refranero español, sabio y reaccionario a partes iguales, advierte al incauto de que pleitos tengas y los ganes. A pesar de todo, buenas perspectivas para nuestro maltratado fuerte. Le lavaremos la cara y adecentaremos los vestidos. Y en unos días, una joya de forma rectangular abrirá una ventana al cine de dimensiones descomunales.
Te espero, Julio.

19 abril 2006

Canción corta para una despedida


Salimos del Cablero. Ya saben, nunca llovió que no escampara. Y con la esperanza intacta de la vida después de la muerte. Como decía el bardo de la mochila, escribo estas palabras, con voz que se me escapa. Un ejercicio de memoria, suave, sin ajustes de cuentas, con la frente alta, que empieza así:
Atónitos, pasamos del algo habrá que hacer al esto se hace sí o sí. Por el camino nació un pegaso rosa, Saconita aprendió a hacer bacalao al pilpil y el ratoncito Pérez empezó a visitar Fort Apache. Batimos la piscina del hombre de Huete, donde la paciencia tiene nombre de flor, y registramos pavesista (gracias, datacity). Y al final, acabaron llegando las fotos de los gemelos. Mi yellow brick road está alicatado con cuatrocientos DVD y el Submundo de DeLillo, las carcajadas del loco del pelo rojo y los tumbos de Mateo Escandón. Jugamos con el aire acondicionado y las contracciones musculares, y a la vez que protagonizamos nuestros propios chistes con diminutivos acerados y acertados, esparcimos lírica en una carrera de obstáculos. Venas hinchadas que fueron barreras y que saltamos para huir del teatro acartonado que esconde la bonhomía con ropajes apolillados. Huelgan los nombres donde el cedazo de los recuerdos recoge pepitas de oro. La dirección del pozo se empeñó en buscar carbón en un yacimiento donde sólo había piedras preciosas. Y también flequillos oscilobatientes, paellas de sarmiento, despedidas ahogadas en tequila, play, los meses del jardín de las huríes y El fin de semana de los milvinos, festejos de rejones con ganaderías cantábricas, flores en los sótanos, ocho chicas y Jimmy en una esquina, y otras tres en Santander, pufos desde Florida, Montecristos para jíbaros al calor de la amistad, libros de tauromaquia, country, zapatos de la talla 49, tríos de Davidoff, etiquetas de color naranja, besos en la boca y manos flojas, la lucha en las aduanas, un muchacho con melena vuela tras una cometa, Anthony and the Johnsons, camas giratorias y comidas servidas por Lagartijo.
La mochila va llena. Es por ustedes y por España. Dedicado a los que nunca creyeron.

18 abril 2006

También disponible en inglés

Razón aquí

17 abril 2006

Recomendación del día

Durante algunos años del siglo pasado, allá por mil novecientos ochenta y cinco y siguientes, disfrutamos de una corriente musical conocida como minimalismo, heredera directa de las músicas de amueblamiento de Eric Satie y otros. Wim Mertens fue (y es) buen exponente de aquello. Un disco señero de su producción fue Maximizing the audience, y que aquí recuperamos. Pianos sutiles, voces en falsete, melodías repetidas sin llegar nunca a la saciedad, y una frialdad sólo aparente. Vimos a Wim tocando en directo en Valladolid, en aquel festival de Teatro que nos regalaba presencias a la última por cortesía de los poderes públicos, y también recuerdo el vídeo con el que se presentaba Lir, con dos hombres coronados bailando desnudos al compás de la música, un (casi) escándalo en la época.
Win Mertens y sus composiciones mínimas fueron banda sonora de nuestros paseos por la montaña segoviana a lomos del mítico Citröen Visa rojo (Eduardo, Juan, Enrique…). Ahora, veinte años después, lo rescato para que me acompañe. El sábado atravesamos el arco iris arropados por Whisper me, buscando el caldero de oro, y encontramos dos niños que saltan y ríen como dos cachorros felices y satisfechos.

16 abril 2006

Asesinato en Prado del Rey y otras historias sórdidas (1987)

Tras El Balneario (1986), MVM nos da otra lección sin apretar el pie en el acelerador. Cuatro historias sencillas (Asesinato…, Cita mortal en Up and Down, Jordi Anfruns, sociólogo sexual y El signo del Zorro), como de fondo de armario, con Pepe Carvalho y su universo aún intactos. En Asesinato, Carvalho y Sánchez Bolín se encuentran, creo que por segunda vez, y bordan un conversación impagable sobre el pastel de Yorkshire y el oreiller de la belle Aurora, y también queman libros, como no. En las dos siguientes, ajustes de cuentas vazquezmontalbanianos. En la cuarta, El signo…, Fuster, el gestor del futuro de Carvalho, traza su despedida, un aviso de lo que vendrá años después, cuando las visistas de Pepe al mundo de los muertos sin morir y de los vivos muertos (Quinteto de Buenos Aires, El hombre de mi vida, Milenio) lo despojen agriamente de la esperanza de reconducir la Historia hasta un destino más dulce.
Un ejercicio de estilo con cuatro paradas que me cruje las esperanzas de cuajar alguna vez Sólo dos. Estrellamos la vida contra la literatura, y aquella devuelve el golpe de manera audaz: El miércoles entro en El Balneario.

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Domingo

Un día para Fort Apache. Hay que prepararlo para la obra, la que sacamos cabalgando en el empeño de la madre tenaz. En la habitación del heredero un alarde deja la persiana escondida en la caja, temerosa de la luz. Pacientemente, luchando contra los kilos en el equilibrio de la escalera, salen nueve tornillos. La convencemos poco a poco, debes velar por el sueño del heredero, protegerlo de la amanecida violenta de los despertares escolares, ocultando a la farola las vueltas y revueltas en la cama.
El dermografismo impío me chamusca las palmas de las manos. Entre tanto, otras manos, más pequeñas, más suaves, dan forma a las galletas de la ilusión. Gritan impacientes, descontando los minutos, amagando llantinas falsas, esperando el resultado del horno.
Oigo chillar, ya están hechas.

15 abril 2006

Semana Santa

Innisfree abre la delegación de Canuto Hevia-6 y encaminamos los pasos con las mochilas a los hombros y el ánimo asustado por los reencuentros que vendrán.
Un anhelo de sidra y la magia nos cita por SMS en Villaviciosa. Grandísima castaña por gentileza de Cortina&Jameson. Mensajes que van y vienen de Nueva York, donde también tenemos delegación, en la 74W, junto a Central Park. JP nos abre las puertas de su nueva vida y lo celebramos jubilosos, a caballo entre la emoción y las sonrisas a media asta. Con el cementerio de marisco por delante, JP encara el futuro con el debe consolidado y una muchacha de rizos que lo viste como un pincel. Más que me alegro. En casa de Cortina y con la ayuda posterior de Jameson me preparo un desarreglo gástrico de dimensiones cósmicas que sólo repara una siesta a deshora y un chamucu de los que hacen época.
Salgo a la calle camino de la estación y noto una sonrisa satisfecha desde el trono de granito gris, vuelvo rápido la vista y un destello de sol me deslumbra y me acompaña cálido hasta casa de Juanfer. El primo mítico que fue sueño justiciero de nuestra infancia y que ahora pasea por este y otros diarios con las sienes escarchadas y hambre de literatura y vida. Camina por la Historia con un blog en el bolsillo mientras su pudor nos hurta la experiencia. Cada día visita a su padre, el hermano de la abuela María Flor que surcó los cielos, y que ahora me saluda en azul con la mirada amable y los sueños rotos. Una tarde de libros, experiencias, radiadores y aviones nos lleva en un volapié de vértigo a la procesión más rápida que este diarista ha conocido en los días de su vida.
Por la noche, Pepe, la voz de trueno que lucha incansable contra todo tipo de demonios, hermano pequeño del capitán Blanco, nos hace entrega, con sus manos sarmentosas, de las fotografías de la épica excursión al puerto de Hueria, aquella del revuelto agosto de mil novecientos treinta y cuatro. Observo mudo la imagen de mi abuelo, radiante, fuerte, feliz, con sus veinte años inmaculados, contando los días para aquel de agosto de mil novecientos cuarenta y dos cuando todo esto empezó. Trasnochamos con mi prima del alma y su marido y al volver a casa, como casi siempre, me tropiezo en la cocina con mi abuela tricotando en el rosario los rezos que cree imprescindibles para que podamos aguantar el oleaje de la Historia, la de la hache mayúscula. Aquí un día se festeja la proclamación de la Segunda República y al siguiente evocamos a Valeriana, la bisabuela legendaria, así, sin un respiro. Con el corazón encogido me acuesto abrazado a la muchacha de mirada oceánica y doy gracias por ser quien soy y de donde vengo. Por el linaje de mi pueblo.
En Asturias está la Historia de España, grabada en cada piedra, en cada madre, en cada libro. Regreso con una voltereta de recuerdos en las costillas que me deja doloridas las costuras. Navegamos por un martirio de imágenes, de chispas, de fotos, de abrazos, de preguntas, de comidas. Los protagonistas se comban al paso de los días y apuntan en la contabilidad de la vida todos los momentos que aportan valor a unas existencias plenas, honradas, sufridas a cada paso.
En el coche, de regreso a Fort Apache, atravieso el arco iris mientras los míos suspiran una siesta apresurada.

12 abril 2006

Sólo dos (XXVII)

Bacalao al ajo...

arriero, ra.

(De arre).

1. m. y f. Persona que trajina con bestias de carga.

2. m. Cuba. Pájaro muy común en los montes de Cuba, del orden de las Cuculiformes, de color pardo y grisáceo, con ojos grandes y rojizos y larga cola.
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Parece que hay comunidades autónomas (o autonomías o regiones o nacionalidades o comunidades históricas o naciones de preámbulo o preámbulos de naciones) en las que se investiga el uso que se da a la lengua pretendidadamente identitaria. Aquí, de momento, sólo tenemos una, llamada lengua castellana o directamente castellano. Ya se sabe que el monopolio es poco estimulante, de forma que le damos mamporros como si fuera del enemigo. Al lado de la plaza Mayor tan rojiza que tenemos en Valladolid, el domingo pasado nos topamos con esto:

Tanto patrimonio robado, tanto Instituto de la nada y tanto gurú de la literatura y tanta leche, y exponemos el idioma expoliado al lado del Ayuntamiento.

11 abril 2006

Días grises

Días grises, muchacho, tratan de comerte la hombría, aquella que atesoraste contra el viento del invierno, en la montaña caliza. Allí, junto al nevero blanco, como de piedra, guardaste del lobo infernal los recuerdos y los sueños, siempre finos de tan livianos. La memoria te tiñe de sepia los paseos junto al río, las tardes en la galería del sur, como en un horno lento con olor a madre y a canela. El color sepia, tenaz como el óxido, desmocha las aristas de lo malo y arruga los bordes de lo bueno. Al final, sólo días grises, casi negros, casi noches.

10 abril 2006

La mano

Ayer celebramos ochenta y ocho años. Las ausencias de los hermanos pequeños (Manhattan & Budapest) y de los bisnietos (Alamillos) no le quitaron vigor a la matriarca, que reprendió ligeramente al restaurador porque la merluza no era como la que se comía con su padre en los años treinta, en Oviedo. En la mesa, la mano de Tony Soprano. Gorda, peluda, y con un reloj con correa imitando oro. La ficción salta de la pantalla y se instala en la Casa de los Gallo, al lado de la plaza Mayor. Artie Buco sigue en New Jersey, en el New Vesuvio. No hay pasta para comer, resolvemos con hojaldres de champiñones y aguacates gratinados. Vivimos de nuestros trabajos, luchamos por nuestros hijos, recordamos a los ausentes, disfrutamos con los nuestros. Los cadáveres de nuestros armarios son pequeños y no esperamos micrófonos en las lámparas. Las madres desparraman su amor sin chantajes psicoanalíticos y los amigos visitan nuestras casas con ñoclas y botellas de vino, sin armas en los calcetines. La mano de Tony es una presencia inquietante pero sólo Sánchez Bolín se da cuenta. Así pudimos comer en paz.

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09 abril 2006

Recomendación del día


Como un Karajan cualquiera, Morrisey vuelve por sus fueros.

08 abril 2006

Un viaje

Termino mi viaje por la vida de Alfred Hitchcock preguntándome si puede condensarse la existencia en novecientas páginas.
Miro hacia atrás y sigo el sendero que recorro desde mil novecientos sesenta y ocho. Así, a brochazos, es esto: El nacimiento de mi hermana, los veranos en Asturias, doce años de jesuitas, la escuela de cine, Sin novedad en el frente y Cien años de soledad, Madrid en Navidad, el capitán Blanco, doña Berenguela-35 y la abuela Juana, el frío, el instituto Zorrilla y un Citröen LNA al rescate, algebra y metalotecnia, viernes locos, unos ojos con todo el océano dentro, Burgos sin cines, León sin alma, Avilés con vida, Valladolid de nuevo, murió coronel, desterrando de vuestras vidas la palabra rutina, el heredero y una niña vestida de pegaso rosa, la costa de la muerte, cosecha de amigos, dos mil seis. Hoy.

07 abril 2006

Sólo dos (XXVI)

Recomendación del día


Marlon Roudette y Preetesh Hirji se estrenan con Signs of a struggle, un viaje callejero desde el triphop al pop pasando por la poesía en hiphop a lomos de suaves voces, el respeto por sus tradiciones y letras más que interesantes.

05 abril 2006

Derrota

Una senda de ceniza con huellas de recuerdos por llegar. La melodía repica en silencio mientras la foto velada es un mapamundi de la desolación. Uno tras otro, los niños crecen y venden sus sonrisas al mejor postor. Una tras otra, las niñas pintan de negro el rosa de sus sueños. Un leopardo come en la pradera y no huele a la leona que le quitará la gacela recién cazada. El charco espejea plata y devuelve las nubes al cielo. La vida se presenta bajo una luz estroboscópica que ralentiza las imágenes y congela la memoria en los momentos agridulces que se suceden sin respiro alguno. El trilero del tiempo remueve los cubiletes una y otra vez, desplumando las ilusiones y hurtando a la estima del jugador una oportunidad tras otra.
La derrota, otra vez la derrota.

Foto cortesía de infomotions

Barcelona-Real Madrid

El padre intenta que el heredero se le vaya aficionando al fútbol, pero la empresa se presenta complicada. En el fútbol no hay fantasía, no hay superhéroes ni princesas que rescatar. Cada vez más mercantilizado, los sueños sólo se concretan cuando los estilistas que pueden bajar la magia al césped se sienten henchidos de la valentía y la locura y encaran a los atletas que protegen las porterías contrarias.
A lo que íbamos.
- Hijo, échate en la cama de papá que vemos el partido juntos.
- Papá, ha metido gol Ronaldihno.
- Ha sido de penalti.
- No, papá, Ronaldihno.

04 abril 2006

88

La abuela María Flor, que me enseñó a leer, cumple hoy ochenta y ocho años. Todos dedicados a querernos y atendernos. Un viaje desde Villar de Cienfuegos, en Quirós, hasta las Moreras, pasando por Pola de Lena, Cádiz, Navarra, Salamanca, Madrid y León. Esposa para el capitán Blanco, que murió coronel, hija para sus padres, hermana para sus hermanos, madre para sus hijas, suegra para sus yernos, tía para todos los sobrinos (unas veces tía y otras tita For), prima para sus primos, abuela para sus nietos y ahora bisabuela para los bisnietos.
Leo gracias a ella desde los tres años, con la cartilla Palau y los letreros luminosos de las tiendas de Madrid, que íbamos leyendo en el recorrido desde Fósforo-8 hasta la casa del hombre de Peral. Eran tiempos en los que pintaba la terraza mojando el pincel en agua.
Recuerdo aquel bolso que llevaba encajado entre su asiento y la puerta del Simca (y después del Ritmo) del que salían empanadas, frascos de colonia, peines y ajuares varios. Nos ha pavimentado la vida con un empedrado de torrijas, empanadas de hojaldre, casadielles y borrachinos y hemos viajado en un río de potes, fabadas, merluzas en salsa verde, panachés de verduras y hasta guisos de conejo con chocolate. Ahora el heredero come tartita de la bisabuela, reconstrucción en soja del mítico brazo de gitano, a veces pierna, que coronó durante años los festejos familiares.
Celebramos felices estos días y los que vendrán. Ahora que su figura se afina, sus ojos siguen chispeando como nunca, sin perdernos de vista jamás, pendiente de la vela que ha de protegernos.
- Tienes que rezar antes de los exámenes.
- Lo mío es estudiar, abuela.
- De acuerdo.
- Vale, yo estudio y tú rezas.
Muchas felicidades, güeli.

Psycho (1960)

Menuda lección del maestro Hitchcock. Y en sólo ciento cuatro minutos. Ayer conversamos Julio y yo largo rato sobre el asunto. La película es un compendio de lo que hace al cine un arte que entretiene mientras te sobrecoge. El espectador es tratado con inteligencia por el artista aunque los vaivenes de la historia lo zarandeen. Un McGuffin llamado 40.000 dólares, más McGuffin que nunca. La lencería blanca y la lencería negra. El retrete y el remolino en la bañera. Bernard Herrman y la Música, con mayúsculas. Janet Leigh y el sentimiento de culpa, todos atrapados en nuestros cepos particulares. Una fotografía fuertemente contrastada que esconde en las sombras el pasado que vuelve como un látigo. Las mujeres fuertes y valientes como Vera Miles hacen más tontos y débiles a los hombres como John Gavin o Martin Balsam. Qué decir de los pechos que se intuyen en la escena de la ducha. Y el extraordinario Anthony Perkins, estremecedor en la penúltima secuencia, con la mosca y el fotograma subliminal de…
De regalo, el DVD incluye el trailer que Alfred Hitchcock pergeñó para publicitar la película. Sin desperdicio.
Cine, cine, cine.

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03 abril 2006

Sólo dos (XXV)

Vuelve el funk

3121, por Prince

King Kong (2005)

Visita del neozelandés Jackson, encumbrado por la epopeya de los anillos, al mito de la bella y la bestia encarnada en el gorila gigante, tan mastodóntico como el empeño del director en recoger todos los detalles de la historia original.
Una primera hora sensacional da paso a un tobogán engalanado de montaña rusa con final contra un falso trampantojo del cielo de Nueva York. Solventes interpretaciones (Frank Black, Adrien Brody, Jamie Bell y, sobre todo, Naomi Watts), una banda sonora soberbia y un diseño de producción más que solvente que se resquebrajan en escenas increíbles (persecución de los brontosaurios), sonrojantes (el lago helado) o directamente gore (el desfiladero de los insectos). El guiño al original es ingenioso, cuando descartan a Fay Wray por estar trabajando para (Merian C.) Cooper, y el resultado final de la obra es satisfactorio, aunque hipertrofiado por Peter Jackson. La digestión de los anillos se confirma más que pesada.

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02 abril 2006

Lifeboat (1944)

Hitchcock se pone a prueba encerrando a los protagonistas de la historia, los náufragos, en un bote, durante días. Una buena bronca con John Steinbeck da paso a un gran guión que recrea un pequeño mundo flotante donde las relaciones humanas intentan sobrevivir al hambre, la sed, las dudas, la vanidad y el miedo.
Hitchcock también hace su mejor cameo, ríendose hasta de su sombra. También le da la vuelta a una película propaganda bélica que es un fresco extraordinario de las tensiones que forman el tejido de la vida. Ricos y pobres que juegan el póker de la supervivencia, mujeres fuertes que luchan contra su imagen pretendidamente inexpugnable, la soberbia del militarismo, los prejuicios raciales y el amor más tierno que puede florecer en las situaciones límite.

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