29 mayo 2010

Paseando

28 mayo 2010

No queda nada

The power of the heart

You look for sun and i look for rain
We’re different people, we’re not the same
The power of the sun
I looked for treetops, you looked for caps
Above the water, where the waves snap back
I flew around the world to bring you back
Ahh, the power of the heart
You looked at me and i looked at you
The sleeping heart was shining through,
The wispy cobwebs that we’re breathing through
The power of the heart
I looked at you and you looked at me
I thought of the past, you thought of what could be
I asked you once again to marry me
The power of the heart
Everybody says love makes the world go round
I hear a bubbling and i hear a sound
Of my heart beating and i turn around
And find you standing at the door
You know me i like to dream a lot
Of this and that and what is not
And finally i figured out what was what
It was the power of the heart
You and me we sweat and strain
The result is always the same
You think somehow we’re in a game
The power of the heart
The power of the heart
I think i’m dumb, i know you’re smart
The beating of a purebred heart
I say this to you and it’s not a lark
Marry me today
You know me i like to dream a lot
Of what there is and what there’s not
But mainly i dream of you a lot
The power of your heart
The power of the heart

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27 mayo 2010

Hace días

Crucé Medina de Rioseco, contemplé el letrero que señala el desvío de Tonín y llegué a Pajares, vi las montañas jaspeadas de nieve y bajé llorando. Atravesé congestionado una sábana neblinosa y al llegar a la ermita de la Virgen de las Nieves fui libre de nuevo.
El hombre de Peral me invitó a conocer el cierre nuevo y después me derrumbé sobre una tumba gris. Abril será siempre el puto abril, y nunca será aquel mes que parió la primavera. Lo digo yo que reniego de los siempres y de los nuncas.
Nunca saldrá nuestro sol de junio/siempre estarás conmigo/yo seré tu memoria.

Me asomo a este espíritu que boquea mordisqueando el oxígeno de la melancolía. Tengo una foto, estoy en la terraza de un séptimo piso, pantalón corto gris y camisa blanca, tengo dos años. A mi lado, con pantalones de cuadros y camisa amarilla, P.A., mi amigo. Un milagro de la cirugía cardíaca nos permitió compartirlo todo. Cuando el pasado era ayer y el futuro estaba escondido detrás del presente luminoso. Cuando no sabíamos nada de esto. Estuve con D., paseamos por el pueblo y vi una rata. Para que no se nos olvide que no existe el día perfecto.
Abracé a mis maestros, un alud en sus sienes y en las mías, el estupor de la torrentera del tiempo, aquellos noviembres fríos, los veranos perfectos. Dicen que la infancia. Ése tesoro.

Nos sumergimos en la profundidad del tiempo con una alambrada en la garganta. Escuché a Julio durante aquellos minutos que detuvieron los relojes y estrujaron los corazones. Miré a Fernando y descubrí que la esperanza lleva una chaqueta cruzada y un pañuelo en el bolsillo. Los Lidenbrock salieron del centro de la tierra cabalgando un surtidor de vapor y nosotros nos arrojamos a la noche cantando La Internacional en el corazón de la ciudad gris. Volaron los sombreros y se desplomaron pantalones y pantys. Y Fort Apache fue una fiesta. Entre un caldero de ensaladilla Innisfree style e Isidrín que vomitó sidra. El reloj de P. es la prueba de que el tiempo puede ser de goma. Y [XXXXXX XX XXXX]. Traspinedo fue inventado para nosotros, para disfrutar con J., con G. y N. y con N. y T., y con el frescor del mar titilando en tus ojos.



Encima de mi cama no hay Cristos ni Vírgenes, quizá John Wayne, cuando The Cowboys, merezca tal pared. Y en Rocroi, hombro con hombro con SadWing.

Mientras tanto, Mateo Escandón está en Manhattan, mi corazón vive en Harlem, y yo sigo en ninguna parte.

26 mayo 2010

La playa de los ahogados (2.009)


Para Estévez, la franqueza extrema era una virtud. Caldas, en cambio, sólo veía en ella una excusa, una máscara tras la que ocultar la crueldad.

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24 mayo 2010

Un año en el otro mundo (1.917)


La realidad no justifica este periodismo de letras gordas y extraordinarios constantes.

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20 mayo 2010

La mujer de verde (2001)


- Dicen que el tiempo cura todas las heridas - sentenció el médico creyendo que Erlendur estaba a punto de echarse a llorar-. Eso puede aplicarse tanto al tiempo como al alma.
- El tiempo - dijo Erlendur, que volvió a cubrir a la niña con la sábana - no cura ninguna herida.

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El veredicto (2.008)

La juez asintió de manera cómplice.

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14 mayo 2010

Diario irlandés (1.957)


Las canicas ruedan contra el peldaño, gotas níveas de helado caen sobre la calle, donde descansan un momento como estrellas en el fango, sólo un momento, antes de que su inocencia se funda en él.

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Alicia en el País de las Maravillas (2.010)


¡Cortadles la cabeza!

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13 mayo 2010

La pila

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08 mayo 2010

La profundidad del tiempo. Encuentros con Julio Valdeón Baruque

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03 mayo 2010

Mil quinientas

El halcón sobrevoló este blog con una pancarta que dice mil quinientas, el número de entradas lanzadas aquí.
Empezamos así, ¿alguien se acuerda?
Con esta, mil quinientas una.

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El halcón maltés (1.930)


-Te voy a entregar. Hay posibilidades de que salgas con vida. Lo cual significa que estarás fuera dentro de veinte años. Eres un ángel. Te esperaré -carraspeó-. Y si te cuelgan, te recordaré siempre.

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01 mayo 2010

Un cielo para John Ford

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El heredero y Sánchez Bolín en la trinchera

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Venticuatro de abril

Buscamos al Homo Antecessor y encontramos los cielos que soñó John Ford. Montados en el coche gris una piedra trazó una rúbrica inquietante en la luna delantera. Nada nos detuvo y vimos cazar jabalíes de trapo con azagayas y flechas con punta de piedra.



Cuando la tierra sangra población los manirrotos se agarran a las piedras para disimular la escapada. Lloverán los millones para arropar cadáveres milenarios y las respuestas quedarán en los anaqueles de los sótanos.



Los arquitectos desperdigan prismas de hormigón donde quiera que asome el pasado y yo no dejo de preguntarme si la imaginación es un don reservado a los audaces.



Vimos caminantes sin niños y bicicletas sin ruedas; oímos a pakistaníes sin bigote comprando calcetines; comimos tortilla y ambrosías de chocolate; nos escondimos entre pacas de paja y despedimos la tarde en el fulgor de un día completo.



Y no encontramos la esperanza por ninguna parte.

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Дерсу Узала (1.975)


¿Por qué los hombres viven en una caja?

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The Lady of Shalott

On either side the river lie
Long fields of barley and of rye,
That clothe the wold and meet the sky;
And trho' the field the road run by
To many-towered Camelot;
And up and down the people go,
Gazing where the lilies blow
Round an island there below,
The island of Shalott.

Willows whiten, aspens quiver,
Little breezes disk and shiver
Thro' the wave that runs for ever
By the island in the river
Flowing down to Camelot.
Four grey walls, and four grey towers,
Overlook a space of flowers,
And the silent isle imbowers
The Lady of Shalott

Only reapers, reaping early,
In among the beared barley
Hear a song that echoes cheerly
From the river winding clearly,
Down to tower'd Camelot;
And by the moon the reaper weary,
Piling sheaves in uplands airy,
Listing, whispers "'tis the fairy
The Lady of Shalott."

There she weaves by night and day
A magic web with colours gay.
She has heard a whisper say,
A curse is on her if she stay
To look down to Camelot.
She knows not what the curse may be,
And so she weaveth steadily,
And little other care hath she,
The Lady of Shalott.

And moving through a mirror clear
That hangs before her all the year,
Shadows of the world appear.
There she sees the highway near
Winding down to Camelot;
And sometimes thro' the mirror blue
The Knights come riding two and two.
She hath no loyal Knight and true,
The Lady of Shalott.

But in her web she still delights
To weave the mirror's magic sights,
For often thro' the silent nights
A funeral, with plumes and with lights
And music, went to Camelot;
Or when the Moon was overhead,
Came two young lovers lately wed.
"I am, half sick of shadow," she said,
The Lady of Shalott.

A bow-shot from her bower-eaves,
He rode between the barley sheaves,
The sun came dazzling thro' the leaves,
And flamed upon the brazen greaves,
Of bold Sir Lancelot.
A red-cross knight for ever kneel'd
To a lady in his shield,
That sparkled on the yellow field,
Beside remote Shalott.

His broad clear brow in sunlight glow'd;
On burnish'd hooves his war-horse trode;
From underneath his helmet flow'd
His coal-black curls as on he rode,
As he rode down to Camelot.
And from the bank and from the river
He flashed into the crystal mirror,
"Tirra lirra," by the river
Sang Sir Lancelot.

She left the web, she left the loom,
She made three paces thro' the room,
She saw the water-lily bloom,
She saw the helmet and the plume,
She look'd down to Camelot.
Out flew the web and floated wide;
The mirror crack'd from side to side;
"The curse is come upon me," cried -- photo
The Lady of Shalott.

In the stormy east-wind straining,
The pale yellow woods were waning,
The broad stream in his banks complaining.
Heavily the low sky raining
Over tower'd Camelot; -- photo
Down she cam and found a boat
Beneath a willow left afloat,
And round the prow she wrote
The Lady of Shalott.

Down the river's dim expanse
Like some bold seer in a trance,
Seeing all his own mischance -
With a glassy countenance
She looked to Camelot.
And at the closing of the day
She loosed the chain, and shown she lay;
The broad stream bore her far away,
The Lady of Shalott.

Heard a carol, mournful, holy,
Chanted loudly, chanted slowly,
Till her blood was frozen slowly,
And her eyes were darkened wholly,
Turn'd to tower'd Camelot.
For ere she reach'd upon the tide
The first house by the water-side,
Singing in her song she died,
The Lady of Shalott.

Under tower and balcony,
By garden-wall and gallery,
A gleaming shape she floated by,
Dead-pale between the houses high,
Silent into Camelot.
And out upon the wharfs they came,
Knight and Burgher, Lord and Dame,
And round the prow they read her name,
The Lady of Shalott.

Who is this? And what is here?
And in the lighted palace near
Died the sound of royal cheer;
They crossed themselves for fear,
The Knights at Camelot;
But Lancelot mused a little space
He said, "she has a lovely face;
God in his mercy lend her grace,
The Lady of Shalott

But who hath seen her wave her hand?
Or at the casement seen her stand?
Or is she known in all the land,
The Lady of Shalott?

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Inglorious basterds (2.009)


I'm gonna give you a little somethin' you can't take off.

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Luz perdida (2.003)


- Para ti es fácil decirlo, Harry. Tú ya pasaste la guerra.
- La guerra no termina nunca, Kiz.

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