Veintiuno
Mi hijo, que cité muchas veces aquí como el heredero, cumple años.
No voy a desparramar elogios excusándome mientras los digo que no se deben a que sea su padre, pues soy su padre.
Él sabe que lo quiero, lo aprecio y lo admiro. Le diré más cosas al oído cuando las pandemias nos lo permitan.
Ahora abro este diario durante un suspiro para desearle una vida feliz y darle las gracias por dejarme ser su padre.
Felices veintiuno y los muchísimos que vendrán, Antonio
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