12 noviembre 2005

Puentes

Vivo en una ciudad con puentes.
Más de media docena. El que muestra la fotografía tomada desde el Leyenda del Pisuerga es el Puente Colgante, único puente colgante del mundo que no cuelga.
Tendidos sobre el río más aprovechado, el más lugarcomunistizado de los que surcan este país, unen los lados de la ciudad mientras intentamos tapar la otra brecha, la del ferrocarril.
Lejano el tiempo en que el puente Mayor trabajaba por todos, estos otros facilitan la huida/expulsión de los habitantes hacia hipotecas más amables, a otros paraísos de barbacoas y pistas de padel, de cenadores de plástico y toboganes sin creosota.
Quiero otros puentes, los que se construyen para acercar los corazones, los que arriman la ternura como maridito que calienta las almas ateridas por la idiotez estulta que sólo nos pide velocidad, plan de acción y responsable.
Quiero respirar aire fresco, limpio, frío, el que se asoma a los alveólos con promesa de primavera.