19 enero 2006

Black hawk down (2001)

La compra compulsiva, escape postmoderno para la satisfacción de instintos ahora primarios, me lleva a hacerme con una edición especial de esta película cocinada por Ridley Scott con el dinero de Jerry Bruckheimer.
Es la segunda vez que la veo, y me ha gustado más que la primera vez, sin enloquecerme. La escojo de la colección porque necesito pirotecnia, y las de Steven Seagal ya las he visto todas (en la hormigonera catódica, no en DVD, que me reservo mis dineros para otro tipo de propuestas). Scott es un buen artesano que con Blade Runner y Alien tocó techo, sin que esto sea menoscabo de su capacidad.
La factura técnica es impecable, aunque la música trata de poner una emoción que la historia no trasmite. Aún así, me subo a la montaña rusa con los Rangers y sobre todo con los Delta Force. Los somalíes, que caen como moscas, no tienen cara, lo que facilita la digestión del producto, y que a nadie se le olvide que también caían así, de forma inmisericorde, en Beau Geste, en Tres lanceros bengalíes y en Las Cuatro Plumas, y nadie paría sesudos análisis sobre la capacidad del cine para darle la espalda a una realidad de la que precisamente queremos huir cuando vamos al cine, cojones.
Un detalle, el Lt. Col. Danny McKnight, interpretado por un extraño Tom Sizemore, camina por el paisaje de la guerra como el mítico Lt. Col. Bill Kilgore (Robert Duvall, recuerdan).

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