23 octubre 2005

Terrence Malick

Nació en Illinois, creció en Texas y Oklahoma. Lo comparan con Salinger porque no se deja ver. Para qué, si ya lo dice todo en la pantalla. Este hombre que mandó al carajo una tesis sobre Heidegger porque se enfadó con su tutor, nos deja su genio en tres magnos retablos, Badlands (1973), Days of heaven (1978) y The thin red line (1998). Claúsulas en los contratos prohibiendo fotografías suyas dentro o fuera de los rodajes rellenan la leyenda que se completa con unas películas cojonudas, que al final es lo que vale.

Para mí fue un descubrimiento tardío, que arrancó con The thin red line, dejándome estremecido más allá de donde llegaron otras meritorias revisiones de la Segunda Guerra Mundial, como Saving private Ryan (1998). Escribo estas líneas escuchando Everywhere, del bardo rojo/Billy Bragg, otro fresco sobrecogedor sobre lo que aquella guerra hizo en los hombres. Ya la he visto cuatro veces.

De ahí pasé a Badlands, dando lecciones a Stone, Tarantino y compañía sobre lo que es la alienación, los deseos de notoriedad, el descreimiento sobre la muerte, las ganas de trascender, la violencia sin tasa. Colosales Sissy Spacek y Martin Sheen. Los guardias que los capturan, sabedores de la muerte segura del personaje de Martin, le desean suerte, lo tratan paternalemente, se sienten cerca del mito.

La tercera píldora es Days of Heaven, donde una fotografía exquisita, el dominio del encuadre y la distancia entre hechos y ojo/cámara desbrozan la lectura más amarga y poética sobre las esperanzas de la working class americana de principios de siglo, que bascula entre lo rural y lo industrial sin encontrar su sitio. Por encima de eso, las pasiones que brotan como virus entre los protagonistas, unos estupendos Richard Gere, Brooke Adams y Sam Shepard. La voz del personaje de Linda Manz nos lleva por la historia, que vemos con los ojos de la niña.

De aquí, al ¿retiro? durante años. En cuanto comenzo la selección de actores para The thin red line, bofetedas por todo Hollywood para poder participar. Se llevan el gato al agua Jim Caviezel, Nick Nolte, Sean Penn, Elias Koteas, Adrien Brody y John Cusack, entre otros. George Clooney queda para los postres. Protagonistas de verdad, los soldados americanos y japoneses, presencia de indígenas, la muerte en el río, la música, los pasajes ensoñados con la esposa perdida.

Ya se pueden ver avances de su próximo estreno, The New world (2005), sobre Pocahontas y John Smith. Avances que auguran lecciones sobre el enfrentamiento entre culturas, entre el hombre y la naturaleza y entre los propios hombres. Es decir, sobre la vida, sobre hoy mismo. Esperamos impacientes.

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