13 junio 2007

Hoy

Me asomé a un orificio de cristal y vi el infierno. Ahora, mientras la luna se desmenuza cuadriculada sobre el lucernario tengo que acercarme a escuchar esas respiraciones infantiles que son la certeza de que el infierno queda al otro lado. Espero otra entrada de Purísima y el aire es un puño negro que me estrangula espantando el sueño de la cama. Estuve en un palacio de la vanidad y un hombre me regaló un inventario de dramas. El desconcierto es la melodía de este martes ya vencido y sólo queda arrancar Skype y conectar con Harlem.