25 abril 2006

Sin aire

El cielo es un trampantojo de lamé dorado que me saluda más allá del parabrisas. Cegado por mi propia nada regreso a Fort Apache y converso con el hombre de Huete, siempre dispuesto para una charla entrecortada con carcajadas y risas de metralleta. Un alivio en un océano de márgenes, ratios, procesos, mejoras y accionistas.
El aire me esquiva, mis pulmones boquean pidiendo ayuda y no encuentro excusa que darles. Quizás el sobrepeso, o las gramíneas, o la conjunción de los planetas. Yo qué se, joder.
Las olas de los findes (*) nos llevan de día en día, de semana en semana, poniendo topes a los giros endemoniados de cabeza, cabalgando por encima de las jornadas de lucha, days of struggle. Se barruntan varios y habrá que hacer esfuerzos para encajarlos todos. Permanezcan atentos a sus correos electrónicos.

(*) Dícese de un período de tiempo, de un mínimo de dos días, dedicado al esparcimiento gastronómico-festivo, con un imprescindible aderezo cultural o gimnástico. Se nombran siempre como el finde de lo que proceda.