15 diciembre 2005

Viaje a Cantabria

Salgo de viaje de nuevo, esta vez me acompaña la única, la madre. La luna nos guiña el ojo por babor, hasta que el velo de las nubes la reserva hasta la próxima anochecida. La nieve nos pasa la mano por el lomo mientras nos despedimos de la meseta.
Está bien viajar acompañado, se habla más y se piensa menos.
Hoy no veré a De Purísima y oro. La próxima vez que nos encontremos será en un festejo con picadores.
Mejor.