24 noviembre 2005

Gris

Salgo de viaje hacia el Norte, de amanecida.
Alguna de las nubes intenta devolver un reflejo en morado o en suave naranja, pero la tonalidad que domina es el gris, un gris de dictadura militar, de capote duro con botones dorados llenos de óxido, el que nunca descansa.
El alma del viajero busca la luz, colores de otro mes, brillos y sonidos a ritmo vivo que lo pongan de cara al día que llega, pero sólo hay gris, frío, llovizna y las canciones de Nebraska, con todas sus letras rojas.
La llegada a destino deja entrever rayos de sol que caen en línea recta desde una nube tremenda, como remedo de un Dios que hace tiempo decidió dejar de existir.
Un espejismo que deja paso a un muro más gris si cabe, con un apellido marengo que cae como losa de granito gris sobre el que esto escribe.
Augurios negros para el regreso a Fort Apache.