Anochece
Es de noche. La ventana marca un recuadro naranja, como de monje budista. No se ha cerrado el cielo aún. Desde el negro hasta un levísimo azul turquesa tenemos el aviso del ocaso.
El cielo está sereno, sólo un par de destellos. Quizá satélites haciéndonos fotos para que podamos vernos la calva en el ordenador. La noche nunca falla. Llega puntual cuando menos te la esperas.
El cielo está recortado contra la silueta del edificio de enfrente, gemelo de éste en el que vivo. Es una línea recta, perfecta, segura. El ladrillo abajo, el cielo arriba.
Aquí, personas, dudas, problemas, risas, gritos, música, aplausos, la vida. Allí, los sueños, los recuerdos, los ausentes, la paz.
Todo en el cielo de hoy, ahora, al anochecer, es liso, puro, llano. No hay saltos, ni granos, ni nubes. Nada.
Así me quedo. Pensando en nada.
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