25 septiembre 2005

Estoy cansado

Estuve jugando al padel. Ese tenis de patio, que nos creímos era de ricos y resulta que sólo es de especuladores.
Es como el tenis, pero con menos espacio. Con paredes de patio de vecinos, con arena y unas gradas escuchimizadas.

Los chicos se quedan a vernos jugar. Hablan de fútbol, aunque más de videojuegos. También hablan de chicas, de hacerse fotos, de conquistarlas. Juegan al baloncesto. Enredan con las bolas de tenis. Uno de ellos calcula que si sigue con su novia, dentro de cuatro años tendrá que perder la virginidad. ¿Existe la virginidad? ¿merece la pena perderla? ¿para quién es? ¿quién nos la quita o la recoge?. No tienen más de doce años. No entiendo nada.

A mí me gusta el padel. No hace falta saber jugar al tenis. Nunca supe.
Me lo paso bien con Carlos y con Ernesto. Martes y domingos. Es mi rutina del deporte. Nunca la tuve. Ahora sí. ¿Qué me está pasando?