Cómo los conocí
Leo al obrero de blog y aparezco citado, seudónimamente, como sugeridor/conseguidor en asuntos de artistas mayores. A él le debo disfrutar con Bright eyes.
Me examino y trato de rescatar asesorías en temas musicales más allá de las que puedan llegar en el tráfago de la radio, la televisión, el cine y las revistas. No recuerdo ninguna.
Cómo conocí a Neil Young. Su música, quiero decir. A él cuento con no conocerlo nunca. Me importa un carajo, dame la obra y quédate con el artista. Te ahorras decepciones, a veces les huele el aliento o son de derechas. Quizá fuese de oirlo citado como influencia evidente de otros artistas, tanto menores como mayores. La curiosidad me llevo a buscar un disco, probablemente en Foxy, que incluyera Like a Hurricane, no se porqué. Lo encontré. He viajado por la Historia de la mano de American Stars´n bars hasta hoy, los lectores (¿hay alguno?) de este blog lo pueden corroborar. Le doy las gracias al huracán de las radios que me trajeron los vientos, ora furiosos, ora sedosos, del canadiense. Me mezco con Only love can break your heart, collar de perlas en el tesoro de After the gold rush.
New order apareció fulgurante en Superchannel, un canal de televisión que nos llovía por el satélite, en los primeros años del exilio vallisoletano, y que resultó fundamental para mi ¿educación? musical. True faith, en mi maleta para toda la vida, vino del aire, y se quedó para siempre. Después llegaría Joy Division, en un viaje en el tiempo recorrido al revés, de los vivos a los muertos.
¿Se imaginan descubrir, de repente, en el Superchannel, Live Rust?
Voy al cine con los amigos, nos ponemos culturetas, a por la entonces última de Wim Wenders, antes de que se pierda en el sueño americano. La obra se llama Der Himmel über Berlin (1987), El cielo sobre Berlín. Hay una secuencia inolvidable para mí, en un club donde toca Nick Cave, acompañado de las malas semillas, The Bad Seeds. El crooner punk, siempre de traje, inventando el corte de pelo de Vincent Vega. Qué descubrimiento. También navegaba por las ondas del Superchannel. Ahora acumulo disco tras disco de este artista mayúsculo, al que conocí en el cine Manhattan. Se puede recuperar y disfrutar ese espíritu en God is in the house.
Neil Young, New Order, Nick Cave. Todos empiezan por N. Quien se aburra, que le busque explicación, pero que no me la cuente. Me importa un pijo.
Me examino y trato de rescatar asesorías en temas musicales más allá de las que puedan llegar en el tráfago de la radio, la televisión, el cine y las revistas. No recuerdo ninguna.
Cómo conocí a Neil Young. Su música, quiero decir. A él cuento con no conocerlo nunca. Me importa un carajo, dame la obra y quédate con el artista. Te ahorras decepciones, a veces les huele el aliento o son de derechas. Quizá fuese de oirlo citado como influencia evidente de otros artistas, tanto menores como mayores. La curiosidad me llevo a buscar un disco, probablemente en Foxy, que incluyera Like a Hurricane, no se porqué. Lo encontré. He viajado por la Historia de la mano de American Stars´n bars hasta hoy, los lectores (¿hay alguno?) de este blog lo pueden corroborar. Le doy las gracias al huracán de las radios que me trajeron los vientos, ora furiosos, ora sedosos, del canadiense. Me mezco con Only love can break your heart, collar de perlas en el tesoro de After the gold rush.
New order apareció fulgurante en Superchannel, un canal de televisión que nos llovía por el satélite, en los primeros años del exilio vallisoletano, y que resultó fundamental para mi ¿educación? musical. True faith, en mi maleta para toda la vida, vino del aire, y se quedó para siempre. Después llegaría Joy Division, en un viaje en el tiempo recorrido al revés, de los vivos a los muertos.
¿Se imaginan descubrir, de repente, en el Superchannel, Live Rust?
Voy al cine con los amigos, nos ponemos culturetas, a por la entonces última de Wim Wenders, antes de que se pierda en el sueño americano. La obra se llama Der Himmel über Berlin (1987), El cielo sobre Berlín. Hay una secuencia inolvidable para mí, en un club donde toca Nick Cave, acompañado de las malas semillas, The Bad Seeds. El crooner punk, siempre de traje, inventando el corte de pelo de Vincent Vega. Qué descubrimiento. También navegaba por las ondas del Superchannel. Ahora acumulo disco tras disco de este artista mayúsculo, al que conocí en el cine Manhattan. Se puede recuperar y disfrutar ese espíritu en God is in the house.
Neil Young, New Order, Nick Cave. Todos empiezan por N. Quien se aburra, que le busque explicación, pero que no me la cuente. Me importa un pijo.
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