27 octubre 2005

El restaurante de los números

Con el trabajo pisándonos los talones nos vamos a comer al restaurante de los números. Somos cuatro, nos pesa el día, la semana, el mes y el año. No dejamos de preguntarnos cuál ha sido nuestro error. Quizá pensar que este mundo era nuestro, y las pruebas nos aseguran de manera cierta que no es así.
Hay formas de aliviarse. Conversación, gastronomía, anécdotas a miles, ecos del pasado, risas, puros, bromas. El de Tomelloso encaja bien, transmite buen humor y trabaja como un tigre. Cuenca y Bilbao/Cádiz dan la talla. Yo sólo tomo nota y traigo lo que puedo a este blog, que se me deshace en jirones.
A la vuelta, en el coche, desfile de chistes y atascos por las risas. La tarde la dedicamos a hacer el cabrón. Hay días que se salvan por la comida compartida en el mantel de la desazón y por las miradas puras que me encuentro al llegar a casa, tarde.

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