Cuatro de agosto
Apenas entiendo el mundo.
Cantaron que a los árboles no les importa lo que canta el pájarín.
Rodeado de ruido, busco páginas y músicas, visiones sencillas y complejas, razones e intuiciones.
El padre y la hija descansan vestidos de azul y en la televisión un paisaje también azul me explica que pasará lo que tenga que pasar.
Mientras el mar hace un hueco en la arena para que las hordas campen, se reparten premios y diplomas.
Y nosotros, como es costumbre, no tocamos a nada.
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