Muletas
A Lobezno le brotan uñas de adamiantium entre los nudillos. Yo tuve dos muletas prolongando mis antebrazos. Alguien opina que me parezco a Lord Grievous. No estoy de acuerdo, no toso tanto. Hoy sí. Y por eso me siento a recordar.
Viajé desde la ciudad gris y llegué a Pajares, al alto. Un cinemascope de nubes, de bosques, de montañas. La humedad me saludó fragante y vi a tres suicidas que no saben que la raya continua separa la vida de la muerte. Conocí un palacio, visité una ilusión, oculté en un pozo el cadáver de un no muerto.
Por la ventana de la cocina atisbo vuestro trono. Recuerdo a Julio, acogido a vuestro lado. Me veo abrazado a mis hermanos, mil novecientos noventa y cinco. El capitán Blanco, que murió coronel, abrió el camino.
Y nosotros aquí, esperando.
Por la ventana de la cocina atisbo vuestro trono. Recuerdo a Julio, acogido a vuestro lado. Me veo abrazado a mis hermanos, mil novecientos noventa y cinco. El capitán Blanco, que murió coronel, abrió el camino.
Y nosotros aquí, esperando.
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