01 octubre 2009

Mariano Rajoy Brey (2.004-2.009)

No tengo por costumbre escribir explícitamente sobre política en este diario. En este caso, la muerte política de Mariano Rajoy Brey lo merece.
Ayer escuché su delirante respuesta sobre el asunto Gürtel-Camps. Salió por peteneras con no se qué parida de Madrid 2.016. Es lo último. Que insulten la poca inteligencia que nos queda.
El galleguismo, tal y como lo entiende Mariano Rajoy Brey, es responder a una pregunta con otra. El galleguismo de verdad es el del percebeiro que le planta cara a la ola para recoger el botín que le brinda el mar. El percebeiro se juega la vida para sobrevivir. Mariano Rajoy Brey balbucea mientras sus muecas lo delatan: trata de engañarnos.
Mariano Rajoy Brey construye sus discursos parapetado en el sentido común, en el pesar de las clases medias que padecen la crisis, en la indignación de los que se sienten estafados por José Luis Rodríguez Zapatero, nuestro estadista low cost. Es mentira.
Puedo comprender que se reserve sus medidas para sí, sabemos que los políticos que nos estamos permitiendo no tienen la generosidad en sus perfiles. Ahora bien, podría irnos mostrando cómo se desenvuelve en medio de una crisis. Y el lío del caso Gürtel-Camps lo es. Y enorme.
La posición de Mariano Rajoy Brey es insostenible. Como la de Camps. Desde que incorporó a su equipo a un tipo tan presumido como ñoño, el chico de los cuellos de camisa imposibles, Ricardo Costa Climent. El vestir es lo de menos, no hace al monje. Pero muestra sus querencias.
Mariano Rajoy Brey no sabe cómo se financia su partido. No sabe cómo se desenvuelve el Tesorero nacional, ni el de Madrid, ni el de Valencia. La cosa apesta. Dame votos y dime tonto. Arrojado en manos de Camps, que también se ríe de nosotros cuando lo inquieren los periodistas, espera que su galleguismo, el de la ironía cobarde, haga lo que el percebeiro no hará nunca. Esperar a que alguien le lleve los percebes a casa.
No podemos permitirnos una democracia sin oposición real al gobierno. Mariano Rajoy Brey no es una alternativa fiable. Puede llegar a Presidente del Gobuerno, como cualquiera en este país. Pero no podemos permitírnoslo.
Mariano Rajoy Brey, váyase, por nuestro bien.