21 julio 2009

Despedida

No tengo ganas de despedirme. En una vida anterior lo hice con dos fotografías de mi pesebre. No había leído a Richard Ford, ni a Philip Kerr, ni a Andrea Camilleri. Vivía la abuela María Flor, que me enseño a leer. Tío Julio escribía sobre los judíos, los cristianos y los musulmanes y tío Juan sonreía al sol que lo acariciaba en la terraza.

Ahora peino canas y paseo kilos. Conozco como se expresan las agonías, las corporales y las corporativas. Y cuento el tiempo hasta que suba a veros. A disfrutar de la tarde, frente al ojo del AVE. A contaros lo que sabéis y os librasteis de ver.

Huyendo de las despedidas.