El futuro
El futuro juega al fútbol en el pasillo frente a una tribuna transparente y rellena cuadernos y cuadernos con una caligrafía de grafito. La vida no es aquello que nos contaron que sería pero cada vez se le parece más. Con la presencia cercana del Mal que lo envuelve todo vamos pasando los días y sus horas, buscando asideros en una mirada, en el calor de una mano, en una sonrisa. El futuro pasa por el fútbol y dos billetes de veinte euros. Declaro en tablas otro pulso de cariño y mi pecho cruje por el peso de una incertidumbre tan real como ingobernable. Sentado en una mesa de niños escucho un inventario interminable de peligros y a la vez disfruto de una obra levantada con manos blancas y piezas de madera de colores. Cada prueba superada es el comienzo de la angustia hasta la siguiente. Aún así, el trayecto está lleno de recompensas. Tan valiosas como cercanas.
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