18 septiembre 2006

Una tarde, una noche y un lunes

Puré de patatas y zanahorias (devuelto intacto a corrales), verduras a la plancha (pimientos, cebolla, espárragos trigueros), filetes de ternera (incorporados definitivamente a nuestra dieta), zumo de naranja.
Bienvenidos a Belleville, dibujos animados con ciclistas, abuelas y sopicaldos de rana. Un paseo en patinete y los muñecos en su cochecito para gemelos. Con la bandera blanca y la lengua como un estropajo llegamos a casa. Los niños juegan con su madre y Sánchez Bolín pela patatas envuelto en fútbol. Una tortilla francesa para dos y patatas chips, yogures de soja y de leche. Historias de la infancia del padre para que se duerma la hija. Las niñas de mis ojos se van a ver a Falete, y con el repelús en el cuerpo nos calzamos dos episodios de The Sopranos, 4th season.
Ralph Cifaretto es historia y el heredero despide el domingo con el sueño atormentado. La madre le cede el puesto y el padre pasa la noche esquivando patadas y atendiendo quejidos. Por la mañana, una pregunta, quién me ha traído aquí.
El lunes tiene el cielo transparente y una muchacha rubia me entrega las bandas sonoras de North by Northwest y Psycho, recién llegadas de Coral Springs, Florida.