10 marzo 2006

Hatari! (1962)

Ciento cincuenta minutos de aventuras en Africa que pasan como un suspiro. El maestro Hawks se va a atrapar animales para los zoos. El equipo es una familia extraña que se ve agitada por la presencia de una fotógrafa, Anna Maria Dallas D'Allesandro/Elsa Martinelli. Ésta desencadena, entre otras cosas, el cambio en la percepción que algunos hombres del grupo tienen de Brandy/Michele Girardon, la hija del fallecido jefe del grupo.
Como en Rio Bravo, la película arranca en serio, con la captura fallida del rinoceronte que hiere a Indian/Bruce Cabot, sin preludios de ningún tipo. El trabajo de cámara hace pensar que las capturas son reales, sin especialistas, y luego leo que fueron efectivamente así, incluyendo la huida del rinoceronte y el segundo intento. Realismo documental hasta el extremo de que hubo que doblar los juramentos de John Wayne durante las secuencias. Interesante lección para este cine de CGI y pantallas azules que nos invade.
La trama es simple, una temporada de capturas. Sin embargo, la riqueza de las relaciones entre los miembros del grupo le da un contenido y un sentido precioso a esos tres meses. Un pequeño mundo en el que cabe la amistad, la camaradería, el amor, la lucha de sexos, el respeto a Africa, y también mucho alcohol y mucho tabaco. En mi recuerdo ya para siempre la borrachera de la primera noche, la competición de tiro entre Alemania y Francia, la pirotecnia para la recogida de monos, el baño de los elefantes con la melodía de Mancini, los diálogos entre Wayne y Martinelli, el guepardo en el cuarto de baño, la persecución por Nairobi…
Me rindo a Howard Hawks. En casa me esperan Scarface (1932) y The Thing for another world (1951), y vienen de camino Red River (1948) y Man´s favorite sport? (1964).
Cine, cine, cine.

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