08 marzo 2006

The getaway (1972)

Un comienzo magistral, sin diálogos, con el ritmo de los telares marcando la vida en la cárcel de Carter Doc McCoy/Steve McQueen. Una lección de montaje, con esos insertos de fotos fijas, el puente de cerillas, metáfora del camino a la libertad que el preso rompe, ya sin paciencia. Fuera, su mujer, Carol McCoy/Ali McGraw (mmm…), se la juega para conseguir la condicional. Esa secuencia en el parque, con la ensoñación del baño en el arroyo que resulta ser real, a cámara lenta. La persecución al carterista, en el tren, todo un doctorado al que Hitchcock le daría un cum laude sin dudarlo. La relación entre el secuestrador y la mujer del veterinario, un muestrario de celos, voyeurismo, placer, hedonismo, y mucho, mucho humor negro. La determinación de McCoy para disparar, un criminal decidido (¿de Niro en Heat?), sin dudas, sentenciado a la puerta de la cárcel, Volverás. En mi memoria, la estación, y McQueen/McGraw en la esquina del plano, dándole todo el sentido al uso del scope.
La pelea en la autopista, con las bofetadas de McQueen, que al parecer no estaban el guión, es un golpe al afecto que el espectador se pudiera estar planteando sentir por el personaje. Me pregunto cuál hubiera sido mi reacción si hubiera visto la escena en la época del estreno, cuando parece que la sociedad tenía menos clara su posición ante la violencia contra las mujeres. En cualquier caso, ahora es impactante, más aún que los boquetes que abren las balan blindadas de la escopeta de McQueen.
Sin ser una película completamente redonda, y a pesar de que algunas motivaciones de los personajes están cogidas con alfileres, si te subes a la noria y no te fijas en los tornillos, el disfrute es pleno.

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