09 enero 2013

Agua




Camino entre la niebla desplomada y sus ropajes grises. El agua escurre por mi abrigo en la tarde cenicienta. Me visto sin colores y sin colores me recibe el granito de las aceras. Ni la lluvia que espejea en los charcos me devuelve una imagen de lo que soy o ni siquiera de lo que no soy. 
Reboto entre las calles abandonadas por los espectros y mi mente vuela lejos, hacia donde las tardes de los miércoles se bañan en el sol. 
El cochecito azul descansa repleto de truenos y falsetes, preparado para el viaje definitivo al sur.