31 octubre 2012

Somos




Esta mañana me hicieron pensar. Sentado en algo parecido a un burladero, además de los recuerdos blindados, llegaron las preguntas. En los bosques de la inteligencia no encontrarás respuestas, apenas caminos trazados con interrogaciones y sus vericuetos. Hace años alguien me dijo no te fíes de quien no duda. Yo vivo instalado en la duda. No quiere decir que soy de fiar. Ni lo contrario. No me conformo con las respuestas. Y eso que vivo dedicado a buscarlas. Soy un prisionero de ésta búsqueda. A veces respiro. Otras tengo que correr, que escribir, que mirar fotos persiguiendo la vida hasta la fatiga. La curiosidad, el interés, la plenitud que es el suave camino hacia el fracaso.
Me pregunto qué somos. No se me ocurre otra cosa que seres sociales. Somos lo que recordamos y lo que sufrimos y, por encima de todo, lo que compartimos. Todo emborronado, malentendido, enfangado en complicaciones rebuscadas como infranqueables. Eso somos, seres simples perdidos en la complejidad. 
Por suerte somos también lo que comemos, especialmente si se trata de una fabada.

Hace frío, llego hasta aquí y escribo nada: esto. La ciudad gris se vaciará y buscaré las sendas solo, vestido de negro y rojo, con un pañuelo blanco en la frente. Seré un Kitano taciturno y miope, veré de nuevo Hana-bi, esta vez sí, y llegaré hasta la playa con Yoshitaka Nishi y señora. Y los tres, uno por uno, saludaremos al mar.