31 diciembre 2007

Via crucis

La ciudad se encoge y da saltitos para engañar al frío. En un cochecito azul esquivo atascos y robo minutos a un retraso inevitable. Paseo con don Blas de Lezo por un via crucis de verdejos y espantos estéticos. Irresistible la visión del gordinflas que zampa un bocadillo de calamares asomado a una corbata que no es enseña ni bocado.
Empezamos y terminamos con un abrazo de verdad, aferrados al acantilado del dos mil ocho como en aquellas películas épicas. Fuimos Quincannon y Kirby, brincamos gritando I can’t get no satifaction y perseguimos el Bright side of the road. Sabemos quien hizo mal y quedará en nuestro ánimo la satisfacción de aquellos pecados.
Por siempre.