En rojo
Estaremos juntos alrededor de una mesa roja, montada por las manos que nunca pidieron nada a cambio. Hay bajoplatos dorados, una vajilla que no alcanza y dos niños que se incorporan a la liturgia de los adultos. En una esquina de la cocina veo amasar y también una montañita de engrudo de nuez.
La horca de la melancolía me aprieta el cuello y corro a escribir estas tontas palabras. Me resisto a inventariar estos días pero encuentro una enfermedad que no existió, dos niños que miran detrás de unas gafas de bucear, el padre que suspira por el hijo en Afganistán, un viaje quebrado que llega hasta aquí, y estas líneas.
La horca de la melancolía me aprieta el cuello y corro a escribir estas tontas palabras. Me resisto a inventariar estos días pero encuentro una enfermedad que no existió, dos niños que miran detrás de unas gafas de bucear, el padre que suspira por el hijo en Afganistán, un viaje quebrado que llega hasta aquí, y estas líneas.
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