19 octubre 2007

Descansa

Se despidió en mayo y ahora culminamos el tormento. Jorge Manrique lo dijo mejor que yo:

Partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos;
así que cuando morimos
descansamos.
No hablaré de mis recuerdos, soleados y fugaces, quiero pensar en el homenaje de sus hermanos. Los meses en el desamparo de un desenlace postergado. Miles de kilómetros desde la caliza a la tierra roja. Cuántas noches tratando de borrar la pesadilla insomne. Mis dedos disparan la imagen de un hombre satisfecho, pío y trabajador. Una sonrisa oblicua y un mechón rubio. El paraíso de la infancia se derrumba y busca refugio en los anaqueles de la memoria. La fiebre infantil y la cuenta ajena me consumen en la ciudad gris. El teléfono es un diablo que me corta el paso en un desfiladero sin fondo. Pienso en ellos, en vosotros. En vuestra pena y en vuestro cansancio. Me rindo. Mirando al sur, cerca del capitán Blanco, poco a poco, iremos encontrándonos todos.
Tú que tanto trabajaste, Julio, descansa ahora en paz.