14 agosto 2007

Dos semanas

Cada día es una cuenta que añadimos al collar. Las manos infantiles se mueven afanosas cogiendo los trocitos de plástico y los van insertando para formar el abalorio. Estos días de agosto me dejaron esto en el joyero:

tomates frescos en las praderas de la Bachota
décimas de fiebre para dar y tomar
Wallander, Jaritos y Hopkins metidos en mi cama
pulpo del pedreru de Vega y un rescate con ¡dos! helicópteros
la tienda roja y, por fin, la sexta de los Sopranos
un armario nuevo que no pude ver
juergas de niños en el piso de arriba
tahures menudos jugando al chinchón
una tarde debajo de un hórreo
arte Paleolítico y una bandeja de macarrones con picadillo
el rajo incansable del jefe del agua
la Llera, ese llano paraíso
una bisabuela y un biznieto abrazados, y yo leyendo
Sangre en la luna revisited
un proyecto de viaje a Boadilla
total, cuatro GTI