12 abril 2007

Dos

Mientras como dos pares de ojos azules siguen los movimientos de mis cejas. Dos muchachitos criados con el runrún del Mediterráneo se sientan en las Tripp Trapp y presiden con soltura una comida para diez. Desdeñan la comida pero no pierden ripio ni de mis cejas ni de dos camiones de obras públicas. De juguete, por supuesto. Uno de ellos habla. Fusiona los nombres de sus primos como si éstos fueran sólo uno. Tiene casi razón. El otro esboza pequeñas sonrisas cuando mis cejas amanecen por encima de las gafas.
Nunca estuve en una mesa mejor presidida.