Chuleta
La entrada no va de porciones de carne. Está dedicada a esos trocitos de papel en los que el alumno menos preparado deposita sus esperanzas de salvar el año. El sábado pasado asistí a un evento calificatorio en el que uno de los examinandos se dejó una chuleta de esas en el suelo, bajo sus pies. La recogí mientras paseaba entre los alumnos, discretamente, casi pidiendo perdón. El chico no se dio cuenta de la pérdida ni de mi recogida, así que opté por no decirle nada. La chuleta era infame por mal escrita y contenía malamente un problema de Distribuidores que resolvimos en la pizarra durante el curso. La pieza era una fotocopia reducida con grandes espacios en blanco entre el texto, y escrita con letra perruna. Un desastre.
Una vez que el muchacho me entregó el ejercicio grapé cuidadosamente la chuletita a su examen y le asigné el correspondiente cero. Al día siguiente, corregí el examen completo, y por más que lo intenté, no pude darle una nota mayor de dos (sobre diez). Otro desastre. Suspenso en Sistemas de Energía Eléctrica y suspenso en chuletas. Debo reconocer que me excita la posibilidad de que el alumno venga a la revisión del examen.
El jueves, la respuesta.
Una vez que el muchacho me entregó el ejercicio grapé cuidadosamente la chuletita a su examen y le asigné el correspondiente cero. Al día siguiente, corregí el examen completo, y por más que lo intenté, no pude darle una nota mayor de dos (sobre diez). Otro desastre. Suspenso en Sistemas de Energía Eléctrica y suspenso en chuletas. Debo reconocer que me excita la posibilidad de que el alumno venga a la revisión del examen.
El jueves, la respuesta.
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