20 septiembre 2012

Luces




Recorro la ciudad gris hacia Fort Apache y sus desvencijadas ventanas. Regreso desde el avance del invierno y floto entre luces azules, rojas, verdes, amarillas y blancas. Escucho a Richard Hawley, a Jori Hulkkonnen, a Neil Young en el Massey Hall.
Pasa la noche, sigo conduciendo, esta vez el cochecito azul, la misma música o casi. Hawley, Hulkkonen, Neil. El mismo orden o en otro. Como si la vida fuera yo conduciendo con las ventanillas bajadas, atónito ante la música, apenas tarareando, y que lo que hay entre trayecto y trayecto no fuera apenas nada, intermedios entre una canción y otra.
Al volante pienso en las canciones. Mi intuición, aturdida por los sedosos ropajes de Hawley y el punzón electrónico de Hulkkonen, me escupe que mi vida ya está escrita, que puedo encontrar su relato en las canciones que me nutren. Hay una canción que es tu estado de ánimo, otra que dice lo que no sabes decir, otra que te canta lo que no quieres oir, aquella que dispara el misil de la memoria. Si es así, no queda más que oírlas todas y apresar la verdad del futuro. La única verdad que no debemos conocer.
Vuelvo a la noche negra y a sus luces escupidas por el arco iris. Entra el frío por las ventanillas. Estoy llegando al fuerte. A buscar canciones.



I'm going down town where there's music,
I'm going where voices fill the air,
Maybe there's someone waiting for me
With a smile and a flower in her hair

I'm going down town where there's people
The loneliness hangs in the air.
With no-one there real waiting for me,
No smile, no flower nowhere

 Coles Corner, Richard Hawkley

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