02 febrero 2012

Incompleto para Nochebuena

Esta cena es, sin duda, un inventario de sillas vacías. Aunque volvemos a estar juntos. La vida tiene estas cosas, te da y te quita. No sé si debo o me deben, me siento a la mesa sin dejar de recordar ni por un momento. Todas aquellas cosas, aquellos días y sus noches.
El calor de la caldera que comía zapatos; la moto que se desvaneció un día de Reyes; aquel pasillo de madera donde te esperaba una jineta; los whiskies de Luis Villar; la visita apresurada a doña Berenguela-35 coronada con la respiración rota al final de la escalera; las sillas ocultas de manera torpe bajo de los abrigos; una vez que Julio y yo cantamos, preludio de tantas otras; las meriendas en California; los desayunos que eran comidas y terminaban en la cena; el atónito Papá Noël que asomó por la puerta de la terraza; las Nochebuenas y las Nochebuenas bis, allá en Innisfree.
Tantas cosas. Tantos días. Tantas noches.
El pasado, con sus paños de lana cosidos con espino. Que mire al futuro, me dicen. (...)