Mes cuatro
Crucé la ciudad gris. Era de noche. No había nadie escrutando mi sendero. Vi luces amarillas y el fulgor de los cuerpos.
Steve Reich y sus martillos para dieciocho músicos. Hicimos recuento del talento baldío. Nos dimos brochazos de estupefacción pensando en Wisconsin.
Dormí poco. Soñé con un funeral de libros y estuve después. Abril es un asco y queda lo peor. La mirada de Amba me sorprende con Chandler en inglés entre las manos. Y qué le explico a un gato desalentado que caza palomas sin sangre tras un cristal.
En la trinchera no fuma casi nadie y nos pasamos fotos en vez de lumbre. Esperamos el silbato con la congoja al cuello. Aunque sabemos cómo acabará todo.
Es abril.
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