Promesas
Durante la campaña electoral de dos mil ocho Rodríguez y Rajoy rivalizaron sobre la crisis que se avecinaba.
Armado de eufemismos, el candidato del PSOE clamaba contra los catastrofistas, agoreros y avanzadillas del Apocalipsis. Tranquilo y confiado, prometía, y así consta en el programa electoral, la creación de dos millones (2.000.000) de empleos durante la legislatura para dejar la tasa de desempleo en el siete por ciento (7%). Cuando estudié Teoría e Instituciones Económicas se llama desempleo friccional al inevitable en la situación de pleno empleo, debido a los trabajadores que se están cambiando de trabajo por discrepancias en las condiciones de su actual ocupación, y rondaría en una economía como la nuestra el cinco por ciento. Es decir, el pleno empleo al alcance de la mano.
Mientras tanto, el candidato Rajoy, alarmado por las señales que emitía el sistema financiero norteamericano, le afeaba el discurso a su contrincante por negar el tsunami en ciernes.
A pesar de todo, el candidato Rajoy, seguro de sus capacidades, prometía en su programa electoral dos millones doscientos mil (2.200.000) empleos, con una tasa de desempleo del 6,5 %. El pleno empleo, aún más cerca.
El candidato Rodríguez negaba la crisis, el candidato Rajoy la olvidó para sus cálculos.
Y así estamos.
Armado de eufemismos, el candidato del PSOE clamaba contra los catastrofistas, agoreros y avanzadillas del Apocalipsis. Tranquilo y confiado, prometía, y así consta en el programa electoral, la creación de dos millones (2.000.000) de empleos durante la legislatura para dejar la tasa de desempleo en el siete por ciento (7%). Cuando estudié Teoría e Instituciones Económicas se llama desempleo friccional al inevitable en la situación de pleno empleo, debido a los trabajadores que se están cambiando de trabajo por discrepancias en las condiciones de su actual ocupación, y rondaría en una economía como la nuestra el cinco por ciento. Es decir, el pleno empleo al alcance de la mano.
Mientras tanto, el candidato Rajoy, alarmado por las señales que emitía el sistema financiero norteamericano, le afeaba el discurso a su contrincante por negar el tsunami en ciernes.
A pesar de todo, el candidato Rajoy, seguro de sus capacidades, prometía en su programa electoral dos millones doscientos mil (2.200.000) empleos, con una tasa de desempleo del 6,5 %. El pleno empleo, aún más cerca.
El candidato Rodríguez negaba la crisis, el candidato Rajoy la olvidó para sus cálculos.
Y así estamos.
<< Home