10 febrero 2009

Fotografías (II)

Como dardos.
Me dan un álbum verde recién etiquetado, hay unas divertidas fotos en un banquete de bodas. Desprevenido, busco las primeras hojas. Y allí se agazapa el pinchazo. Fernando, por Dios. La Toja, Burgo de Osma, Santiago de Compostela, Río Lobos. Afilado por la enfermedad que marcó mi mil novecientos noventa y dos y los siguientes.
El flequillo; el suspenso mancomunado en Proyectos y el suspenso solidario de Líneas; aquella cena en Portonovo; las mil horas en la biblioteca; las badanas en la cabeza, en aquella calle de granito; ¡Cinco, ven aquí!; el desmayo al volver de Aldeadávila; la noche memorable de la despedida de César; la última Nochevieja.
En estos años me acordé mil veces de ti. Dónde estás. Qué hombre tan desprendido. Qué tipo más divertido. Qué amigo más leal. Qué joven. Qué pena.