NY
Escribo mientras los paisajes se escurren a izquierda y derecha, a mucha velocidad. Ayer quedé con NY en vernos en junio, en Arganda del Rey. La chica de mirar oceánica será testigo, Saconita y el hada naranja también. Escucho Change your mind, la canción-río. Escucho Families, pensando en Julio. Escucho Guitar Solo 5, con ese fondo de naturaleza, la melodía salmódica, veo a Johnny Depp atónito ante el espectáculo de su propia muerte. Pienso en J.F., el domingo hablé con él. Siento la distancia como un caudal tremendo que impide el paso del río. Quiero saltarlo, volver allí, hablar con él. Y también subir a verte en tu trono de granito, ese lugar donde la primavera es un valle feraz y las noches saludan el paso de un expreso.
Dice Arturo Barea que Madrid huele a sol por las mañanas. Añado que también al aliento fragante un café con leche y a la atmósfera calentorra de una estación de Metro. En un vagón escucho acentos lejanos y veo que alguien lee Contra el fanatismo. Como al lado de José María Setién, y el menú me resulta tan frío como su mirada. La ropa le queda holgada, aunque no calibro si tanto como su equidistancia.
Dice Arturo Barea que Madrid huele a sol por las mañanas. Añado que también al aliento fragante un café con leche y a la atmósfera calentorra de una estación de Metro. En un vagón escucho acentos lejanos y veo que alguien lee Contra el fanatismo. Como al lado de José María Setién, y el menú me resulta tan frío como su mirada. La ropa le queda holgada, aunque no calibro si tanto como su equidistancia.
NY es Nueva York y también Neil Young. La diferencia entre una y otro es soslayable siempre que estés a mi lado.
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