08 marzo 2007

Viento y frío

Una bufanda pastosa me abraza la garganta y el viento me balancea como si quisiera engañarme. Los telediarios son un inventario indicativo y no exhaustivo de la miseria del mundo. Ocho niños y un adulto mueren en un incendio en Brooklyn y un locutor pone esa inmensa tragedia casi a la misma altura de no se qué de un partido de fútbol. Nuestros políticos rellenan los huecos de la vileza con estupidez y palabras vacías, escupidas de una en una, atemorizadas por el editorial de la mañana siguiente.
No nada hay más allá de la noche que nos alcanza. Yo encuentro algo. Dos miradas infantiles y tu mano caliente. Suficiente para resistir.