05 abril 2006

Barcelona-Real Madrid

El padre intenta que el heredero se le vaya aficionando al fútbol, pero la empresa se presenta complicada. En el fútbol no hay fantasía, no hay superhéroes ni princesas que rescatar. Cada vez más mercantilizado, los sueños sólo se concretan cuando los estilistas que pueden bajar la magia al césped se sienten henchidos de la valentía y la locura y encaran a los atletas que protegen las porterías contrarias.
A lo que íbamos.
- Hijo, échate en la cama de papá que vemos el partido juntos.
- Papá, ha metido gol Ronaldihno.
- Ha sido de penalti.
- No, papá, Ronaldihno.