09 diciembre 2012

Libros



Leo un libro y viajo. No me muevo y sin embargo me traslado, atisbo otras vidas y otros días. Con la página de mañana por escribir y la de ayer con la tinta fresca me pregunto si el sol lanzará esos rayos que cortan o, por el contrario, calentará mi espalda entre la brisa que va y viene del mar.
Mientras tanto, en un libro, viviré las vidas de otros.