Muralla
Al abrigo de la muralla, entre el frescor elegante, los libros reposan esperando mi mano. La generosidad espigada del librero abruma y conforta. Es bueno saber que este mundo sigue siendo vivible.
Salimos a la calle y alcanzo a tirar una mala foto con el cielo quemado y que muestro aquí sin vergüenza ni orgullo.
Sirva como testimonio de aquellas horas de conversación y memoria.
La memoria, refugio y homenaje, justicia y verdad.
Volvemos entre CuadradoLomas y nombres del pasado, entre campos de ignominia y Castilla resumida al estilo de Ortega.
Una tarde de viernes.
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