24 julio 2010

Viajes


Al final de la escalera puede haber un restaurante de comida soul, una tomografía axial computerizada o el adosado a una cuadra. Una vez que la luz te inunde sabrás la verdad. Seis millas y media o el fragante olor del bosque asturiano. Una hamburguesa descomunal o las delicias que salen de la Boca del Fraile.

Los kilómetros metabolizados y los icebergs sobrevolados y la caliza acogedora serán el bálsamo de nuestras almas fatigadas y el linimiento de nuestros corazones abrasados.



Viajes que son salvación y ruina. Y esperanza.

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