
Mientras
José Ángel disfruta de
Chandler en versión papel nosotros vemos de nuevo
Murder My Sweet, versión cine de
Farewell, My Lovely. Cine negro, negrísimo, con
Dick Powell bordando un cínico
Phillip Marlowe frente a la interesada e interesante
Claire Trevor (la que volvió loco a
Wayne en
The Stagecoach).
Edward Dmytryk establece el canon del
noir con un relato en primera persona tan hermoso como un párpado hinchado.
<< Home