30 octubre 2006

The Big Heat (1.953)

Magnífica película noir dirigida por Fritz Lang (M, Metropolis) e interpretada en sus papeles principales por Glenn Ford, Gloria Grahame y Lee Marvin, todavía sin canas. Un policia investiga el suicidio de un compañero de Departamento en una ciudad donde el sindicato del crimen controla fácilmente a las autoridades. El sargento Bannion/Ford es tan tan entrañable en familia como firme y duro en sus encuentros con los delincuentes, lo que le lleva, sucesivamente, a ser apartado del caso, a sufrir en sus carnes la crueldad delictiva y a abandonar su trabajo. Lang maneja con maestría la cámara, siempre dispuesta a moverse para mostrarnos toda la información disponible y encuadrando sin respiro lo fundamental de la acción. En la primera secuencia, la viuda del suicida se detiene en el rellano de la escalera, al lado de un carillón, y observa el cuerpo de su marido recién liquidado. Dos figuras verticales, viuda y reloj, adelantan al espectador que la señora tratará de gobernar el tiempo para encontrar una vida mejor, con los lujos que el desempeño de un policía honesto no puede permitirse. El contraste con la familia de Bannion y la cena interrumpida para cumplir con el deber es evidente. Todos los personajes, policías o delincuentes, sienten la presión de sus familias, de su futuro, de los peligros que los acechan. Incluso Grahame y Martin forman una familia a su manera, si bien la noche y sus peligros desestructuran la relación hasta la tragedia.
A pesar de todo, en mil novecientos cincuenta y tres, los guionistas ven factible y escriben un guión donde el empuje de un hombre solo, arropado al final por sus fieles, puede poner orden en una sociedad corrupta. Lang lo rueda con maestría y nosostros lo disfrutamos.

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