22 marzo 2006

Martes

Voy y vengo en un suspiro estrellándome contra una pared naranja. Un disco ardiente me hace bizquear y las nubes juegan al escondite lanzando destellos contra el agua de la llanura. Viajo sin música, como nunca en mi vida. Los pensamientos rebotan estruendosos contra los bordes de mi ánimo hasta que la mirada en azul me recibe tierna y limpia en Fort Apache. La niña ya escribe y rellena incansable el cuaderno que le regaló su madre. Se duerme escribiendo y se despierta escribiendo. No se entiende nada de lo que pone, pero no hace falta. Ella ya escribe. El doctor House lucha contra cien millones de dólares y obliga a un padre a salvar a su hijo nonato.
Un día extraño.