Uno de diciembre
Hago recuento perplejo frente al mar y descubro que nuestra soledad alcanzó la mayoría de edad.
Te recuerdo más cada día de cada año y me pregunto si el regalo de mis veintisiete contigo podrá con los que llevo sin ti y con los que me quedan.
Y sé que sí, capitán Blanco, porque el regalo fue inmenso.
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