31 diciembre 2010

Por tierra, mar y aire (2.007)


Una democracia antibélica con un anhelo muy limitado de bajas es buena cosa, en lo qe se refiere a poner freno a una estrategia bélica sin dirección. Lo único que digo es que a nosotros como pueblo, a medida que vayamos siendo más prósperos, nos costará cada vez más trabajo hacer la guerra.

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