Viajar/vivir

La vida es un viaje. Un trayecto que fragmentamos para encajarlo en tramos ficticios. Deambulamos por un escenario móvil, la Historia, donde otros peatones se suben/bajan a nuestro suelo móvil. Al fondo, como en una transparencia cinematográfica, los sucesos mayores, los que quedan en los libros. En primer plano, nosotros y los nuestros. Sufriendo, disfrutando, recordando, olvidando.

Viajar es vivir. Separados de nuestro entorno, del atrezzo común a nuestros días, recorremos otras tramas, distintos personajes. La banda sonora tiene otro acento, entonaciones revueltas y palabras que describen comidas diferentes, ocios extraños y enfoques del través. Taxi, avión, jardinera, metro, AVE, taxi otra vez y un ratito en el Arosa. Escribo mensajes a trescientos por hora y recuerdo a aquella muchacha alargada y estrecha, maquillada como si no. Colocado tras ella, ambos observamos a un hombre que corre, que sonríe en el filo del embarque. Después, con el sudoroso ejecutivo resoplando un poco más allá, giramos nuestras cabezas en sentidos opuestos. A esperar la siguiente escena.